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Naufragios y Regresos

¡Va por ti, Flordeneu!

Carta

A ti, que serás siempre La Ignorada,
a ti, que llegaste a quién sabe qué lugar
cuando yo acababa, ay, de salir de él,
o perdiste aquel tren, no sé cuál, que te hubiera traído
al centro de mi vida,
o estabas en un banco de algún parque
un día que yo no quise pasear entre las hojas verlenianas,
a ti, por la chacarera de tu mirada que nunca he visto,
por ese corazón que desconozco y es como una playa de
setiembre,
a ti, por todo lo que me habría obligado a amarte,
a ti, que me habrías amada hasta nunca,
que ahora puedes estar llorando
en la luz fría de una habitación de hotel,
o con sus hijos en el British Museum,
a ves el arco iris en una telaraña,
o piensas en mí sin saber que soy yo,
a ti, restrospectiva, condicional, perdida,
dondequiera que estés,
este poema.
Miguel D'Ors

I Carta a los Corintios: Canto al Amor de Pablo de Tarso

Aunque hable las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, no soy más que una campana que toca o unos platillos que resuenan. Aunque tenga el don de la profecía y conozca todos los misterios y toda la ciencia, y aunque tenga tanta fe que traslade montañas, si no tengo amor, no soy nada. Aunque reparta mis bienes entre los pobres y entregue mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me sirve.

El amor es paciente, es servicial; el amor no tiene envidia, no es presumido ni orgulloso; no es grosero ni egoista, no se irrita, no toma en cuenta el mal; el amor no se alegra de la injusticia; se alegra de la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera. (...) Tres cosas hay que permanecen: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más grande de las tres es el amor.

¡Ah!, se me olvidaba: debe ser leida con tono lasallista jeje :P ¡¡Flordeneu!!