He visto nacer entre el asombro y la aprobación un nuevo partido, que responde de una manera significativamente más amplia a ideas políticas en las que creo desde hace algunos años:
Unión Progreso y Democracia, formación política alentada por la política Rosa Díez, que cuenta con una trayectoria política destacada en País Vasco y en la Unión Europea, y el filósofo Fernando Savater, uno de los opositores a la actual situación en el País Vasco. Este partido defiende entre otras propuestas la reforma de la Constitución, la reforma de la Ley Electoral y la regeneración democrática. Es un partido de ámbito nacional, un partido de renovación, de regeneración, que desde hace unos años ya era necesario en este país, que se apoya en un sistema turnista PP-PSOE, y con un peso más que excesivo de los nacionalismos en las políticas de Estado. Proponen un programa mixto, a medio camino entre la izquiera y la derecha, pretendiendo de alguna manera, sobrepasar estas etiquetas, enarbolando una postura abierta, tolerante y enriquecedora; y mostrándose como una formación, a mi juicio, atractiva para votantes de diversas tendencias. Otra de sus propuestas es la revisión de los techos competenciales de las comunidades autónomas, con la consecuente devolución de algunas de estas competencias al estado central, estableciendose así un Estado federal pero unitario. Desean también una nueva regulación que garantice la separación de poderes, esto es muy necesario en un estado de derecho en el que el poder ejecutivo elige al Fiscal General del Estado. Con la reforma de la Ley Electoral se pretende una representación proporcional de las opciones políticas de los españoles. Sólo espero que propuestas como ésta no se queden sobre el papel, y aunque creo que es más que probable que no ganen, al menos obtengan una cierta representatividad en las Cortes y defiendan a aquellos que les hayan cedido su porción de poder, mediante el voto.
Ultimamente el Rey está rompedor, donde va triunfa. Ha invitado a Hugo Chávez a callarse, cuando Zapatero intentaba expresar que en la Cumbre Iberoamericana, hay que respetar a todos los cargos públicos electos, refiriéndose a Aznar tras los insultos que el presidente venezolano había lanzado contra él. Chávez ha hecho caso omiso, tras lo cual el Rey ha abandonado la Cumbre y ha vuelto a España. Como republicano convencido, me quito el sombrero ante nuestro actual Jefe de Estado.