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Naufragios y Regresos

La Perla del Mediterráneo y el País Alauita

La Perla del Mediterráneo y el País Alauita

Hace poco pasé unos maravillosos días en Ceuta. Esta pequeña ciudad ha logrado fascinarme, posee un cierto encanto que, quizá, se deba a su historia (el foso portugués, las murallas reales, etc...), a su gastronomía (en la que puedes deleitarte con cocina típicamente española, pero también marroquí), a algunas de la personas que ahora están pasando allí el verano (mis Alimañas), y a un sinfín de cosas que no sabría enumerar. El primer día, tras una mañana de viaje en tren hasta Algeciras y tras cruzar el estrecho (haciendo así mi primer viaje en barco), mis Alimañas me llevaron a un hostal barato y con muy buena presencia en la avenida Lisboa, luego me hicieron un recorrido en coche por toda la ciudad explicándome cosas sobre cada lugar, también visité un mirador (en el que mi móvil se conectó a una de las redes de telefonía marroquí), y tomé algo en una cafetería preciosa. El segundo día visité una calita, en la que me tosté. El tercer día pasé la tarde en el Parque Marítimo de Ceuta, disfrutando del sol en unas tumbonas y del agua salada de sus piscinas, dicho parque fue diseñado por un arquitecto canario, combinando naturaleza y agua, es jardín botánico a la vez que piscina, además de albergar un restaurante, un chiringuito, un telepizza, y una reproducción del foso portugués. Se compone de una sucesión de piscinas interconectadas. También conocí la marcha nocturna de Ceuta y su feria, ambas bastante modestas. Disfruté durante estos días de las riquísimas comidas de F., padre de una de mis Alimañas. Y el ultimo día, completo que pasé allí, cruzamos la frontera y visitamos Marruecos, pasamos la tarde en el Rincón y en Castillejo. El Rincón posee unas playas maravillosas de arena fina y clara y aguas turquesas. Allí disfruté de un pescado muy fresco en un restaurante. En Castillejo, visité un mercado lleno de puestos en los que se encontraba desde falsificaciones de todas las marcas hasta un fregadero, tremendamente abarrotado de gente. Me impresionó en este pueblo la dejadez de las calles, con aceras que no se habían limpiado en mucho tiempo y papeles. Vendedores ambulantes de toallas y paños de cocina nos acosaban por la calle con su mercancía. Nos cruzamos con un aguador con un sombrero (similar a los camperos andaluces) del que colgaban borlas, su cuerpo iba cubierto de jarritas de cobre. También vimos carros de helado y comida. Todo esto mientras un grupo de niños, de unos 10 años aproximadente, sucios y descalzos, nos pedía dinero. Esto último me encongió el alma. Con respecto al idioma no hubo ningún problema: todo estaba rotulado en árabe y en francés, incluso vi algunos carteles en español, y la mayor parte de la gente hablaba español o se defendía con él, pues esta zona está próxima a frontera, además de haber sido la antigua zona del Protectorado Español en Marruecos. La diferencia horaria es de una hora (dos en horario de verano). Tras pasar la tarde allí volvimos a Ceuta. Allí preparé las cosas para marcharme al día siguiente.

1 comentario

Violante -

Me alegro de que lo pasaras tan bien. Yo conozco a gente de Melilla y son estupendos, la convivencia allí no es tan difícil como yo pensaba...
Rebienvenido, ceutí^^