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Naufragios y Regresos

A terça-feira pela manhâ.

Hoy, no he tenido clase, por fin, parecía que no terminarían nunca. Anoche asistí a la presentación de una vitola (librito pequeño como el de un CD, pero en cuyo interior hay poemas) escrita por un poeta maduro. Fue muy tierna la presentación y lectura de estos poemas, que él mismo definió como "dar gracias a la vida". Supongo que el mundo no está lleno de buenas personas, pero siempre hay lugar para encontrar alguna. En dicho acto estuve acompañado, o sería quizá más fiel a la realidad, yo acompañé a mis niñas: Violante o Dilia en épocas extrañas, Flordeneu y Morganilla de la Cuadrilla. Lo cierto es que fue un broche de oro en este curso que tantísimas cosas nos ha aportado. Las dos cervezas que me tomé hicieron su efecto en mi cerebro con una sorprendente rapidez: mis ojos estaban casi llorosos y me puse demasiado meloso. El lugar era genial, el Café Libros Anaïs, una cafetería cuyo techo está recubierto de periódico de gran cantidad de sitios (periódicos ingleses, alemanes, etc... ) y cuyas paredes están cubiertas de estanterías de libros, quizá se quedó un poco pequeño para tanta gente. Se respiraba la admiración y la profunda amistad que unía a este hombre con todos los allí presentes. Un ambiente bohemio propio de poetas y escritores, ciertamente inimitable e inolvidable...

3 comentarios

Perce -

No me refiero al numero de personas en sí sino a la proporción entre el numero de personas y el espacio.

Flordeneu -

Yo nunca he estado de prestado. Me sentí a gusto en todo momento y tan sólo una persona me miró mal, yasabeisquién. Encima va y me pregunta hoy que qué tal. Pasopalabra.
La presentación queda para el recuerdo, y no creo que hubiese mucha gente. Estábamos los justos, pero quizá las cervezas te hacían ver personas dobles. :P:P:P

Violante -

Realmente nos metimos allí de prestado, entre tanta gente que se conocía y quería, pero sobre todo nos lo pasamos bien.